La cancelación potencial de la Xbox Elite ha generado incertidumbre sobre el futuro de las consolas de Microsoft. La ausencia de un contrato con AMD para el desarrollo de un nuevo chip sugiere que la llegada de una versión mejorada de la Xbox Series X podría estar en peligro. Ante esta situación, se ha especulado sobre la posibilidad de que Microsoft explore otras alternativas, entre ellas, la opción de colaborar con Intel.
En caso de que Microsoft opte por la colaboración con Intel, se contempla la posibilidad de utilizar un sistema en chip (SoC) que combine una CPU Core Ultra y una GPU Arc. Sin embargo, existen preocupaciones sobre la viabilidad de esta opción, ya que la integración de componentes de Intel y NVIDIA en un SoC funcional podría presentar desafíos técnicos y generar un aumento significativo en el consumo energético.
Mientras se espera una confirmación oficial, la situación sigue siendo especulativa y los jugadores permanecen atentos a cualquier desarrollo futuro en esta competencia en constante evolución.