OpenAI ha levantado la prohibición de uso militar en sus herramientas de inteligencia artificial (IA), lo que plantea preguntas sobre el papel de la IA en el ámbito militar. Aunque la empresa afirmaba anteriormente que no usaría su tecnología para desarrollar armas, ahora colabora oficialmente con el Pentágono. La iniciativa se centra en desarrollar capacidades de ciberseguridad para contrarrestar ciberataques, especialmente los provenientes de China, que han afectado la infraestructura crítica y la industria de defensa de EE.UU.
OpenAI también se asocia con Microsoft para implementar una estrategia de protección electoral en 2024, buscando salvaguardar elecciones críticas y contrarrestar hackeos. Además, el CEO de OpenAI, Sam Altman, sugiere que la Inteligencia Artificial General (AGI) podría estar más cerca de lo que se pensaba, destacando la necesidad de avances energéticos, incluida la investigación en fusión nuclear.
Este panorama plantea desafíos éticos y geopolíticos en la intersección de tecnología, ejércitos y política global.